Al envidioso no le hace daño lo que él come, sino lo que come otro.
Al español fino, después de comer le entra frío.
"Al freir de los huevos lo veréis". Y llevábase hurtada la sartén.
Al freir es el reir, y al pagar será el llorar.
Al hablar, como al guisar, su granito de sal.Para no pecar de desaborido. Bien que hay hombres serios como burros, que, imaginando vivir en sublime, no ríen jamas y aborrecen todo lo ameno.
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